Fernando González Bernáldez (Salamanca, 1933 – Madrid, 1992) fue uno de los más eminentes ecólogos españoles de su generación. Es considerado el impulsor de la ecología terrestre en España, así como un referente científico para el movimiento español de conservación de la naturaleza. Trabajó en el CSIC, en la Universidad de Sevilla, y desde 1975 hasta su prematura muerte fue catedrático de ecología en la Universidad Autónoma de Madrid. Fue un naturalista por vocación y por dedicación, desde su interés juvenil por las mariposas hasta sus obras de madurez sobre las relaciones entre aguas subterráneas, paisaje y vegetación. Su curiosidad científica le llevó siempre a indagar más allá, en muchos aspectos, empíricos y teóricos, de la organización y el funcionamiento de los ecosistemas.

Primeros años, infancia y juventud

1933

El 8 de marzo de 1933 nace en Salamanca Fernando González Bernáldez. Son los años de la segunda República, que pronto darán paso a la terrible guerra Civil y a las secuelas de carencias materiales y morales de la posguerra.

Hijo de Ángeles Bernáldez Ávila y de Ricardo González Ubierna, abogado y Secretario de la Diputación Provincial de Salamanca, Fernando es el primogénito, con una hermana y dos hermanos menores, de una familia acomodada, en la que se desarrollará el doble sentido de su vocación, por un lado su inquietud intelectual y por otro su interés por la naturaleza. En efecto, desde muy joven, guiado por su padre, gran aficionado al campo y a la fotografía, comienza a recorrer los campos salmantinos. Acompañado de su hermano José Antonio, pronto empieza a interesarse por plantas y animales y, en particular, por las mariposas.

Respecto de su afición a las mariposas es notable el rigor que muy pronto trató de aplicar a sus observaciones. Se conserva correspondencia de un joven Bernáldez de dieciocho años en la que enviaba minuciosos dibujos de las mariposas que capturaba al padre Ambrosio Fernández para que confirmara las identificaciones y detectara las novedades corológicas y taxonómicas aportadas.

Inicios como investigador

1953

Tras haber iniciado en Salamanca estudios de Derecho, llevado por el ambiente familiar y siguiendo una curiosa pauta que se ha repetido históricamente en muchos grandes naturalistas españoles como Laureano Pérez Arcas o Ignacio Bolívar, se traslada en 1953 a Madrid para cursar la licenciatura de Ciencias Biológicas en la Universidad Central o de Madrid, actual Universidad Complutense. Era esta entonces una licenciatura muy reciente, fruto de la división en Biológicas y Geológicas de la antigua de Ciencias Naturales.

1959

Termina su licenciatura con la calificación final de sobresaliente y premio extraordinario.

1960

Inicia su carrera investigadora, ingresando como becario en el Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

El Consejo, conocido a menudo por sus siglas CSIC, era entonces el más importante organismo dedicado a la investigación científica en España. Heredero de la labor y del patrimonio de la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, el CSIC fue creado en 1939, al término de la guerra Civil, y dirigido por José María Albareda hasta su muerte en 1966. La determinante influencia de Albareda en la configuración y la orientación del CSIC se manifestó, entre otras cosas, en la importancia otorgada a las disciplinas aplicadas y, en particular, en el desarrollo del área relacionada con los suelos, la biología vegetal y la agricultura, de la que él mismo, como edafólogo, provenía.

Una de las creaciones en esta área fue, en 1942, el Instituto Español de Edafología, Ecología y Fisiología Vegetal, que, con diversos cambios en su denominación, ha continuado hasta hoy, correspondiendo al actual Centro de Ciencias Medioambientales del CSIC.

En este centro, que era por entonces uno de los más potentes del Consejo, se integra Bernáldez, dedicándose especialmente a la ecofisiología de las relaciones entre planta y agua en medios semiáridos. En 1960 obtiene una beca de la Fundación Juan March y durante el curso 1960-1961 colabora como Profesor de Biología General en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid.

1961

En 1961 y 1962 desarrolla su especialización en ecofisiología vegetal junto al profesor G. Lemée, en el Laboratoire de Biologie Végétale de Fontainebleau-Avon, dependiente de la Facultad de Ciencias de La Sorbona, en París, a donde acude con una beca del programa de intercambio entre el CSIC y su equivalente francés, el Centre National pour la Recherche Scientifique o CNRS.

Allí conoce a la que será su mujer, Catherine Levassor, que hacía su tesis de tercer ciclo bajo la dirección del profesor Lemée.

1962

Obtiene el grado de Doctor en Ciencias Biológicas con una tesis titulada La medida del potencial hídrico de las plantas, dirigida por Faustino García Lozano, que presenta en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid y por la que recibe la calificación de sobresaliente cum laude.

1963

Comienzan a aparecer sus primeras publicaciones científicas en revistas como el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural o los Anales de Edafología y Agrobiología. Obtiene plaza como Ayudante Científico en el llamado desde 1963 Instituto de Edafología y Biología Vegetal, donde es responsable del Laboratorio de Física del Suelo.

La Real Sociedad Española de Historia Natural, fundada en 1871 como asociación privada, se mantenía en aquellos momentos como un de los escasos foros científicos operativos para biólogos y geólogos. No pocos trabajos de los primeros años de Bernáldez como investigador profesional se dieron a conocer a través de la Real Sociedad, algunos de ellos en inglés, lo cual fue novedad en las publicaciones de esta venerable entidad.

1964

Se casa en Francia, en mayo de 1964, con Catherine Levassor. Tendrán tres hijos, Xavier en 1965, Nicolás en 1966 y Daniel en 1969. Como experta en taxonomía botánica y ecología vegetal, Catherine será, por otro lado, su constante colaboradora en su labor científica. Bien es cierto que, como para muchas otras mujeres, la crianza de sus hijos la mantuvo apartada durante muchos años del ejercicio profesional, al que no se reincorporó hasta 1976. Aproximadamente a partir de esa fecha serán numerosos las publicaciones científicas, especialmente sobre ecología de pastos, en que aparezcan conjuntamente Catherine y Fernando.

Consigue ayudas para ampliar su experiencia investigadora en diversos centros europeos en 1964 y 1965. Así, en 1964 pasa una semana con Catherine en un centro dependiente de la Justus Liebig Universitat de Giessen, Alemania. Viajará también en esos años al Reino Unido, donde visita la Long Ashton Experimental Station de Bristol y el Commonwealth Forestry Institute de Oxford.

1965

Asciende, en la escala del CSIC, a una plaza de Colaborador Científico y es nombrado Jefe de la Sección de Ecofisiología del Instituto.

Frente a los métodos cuantitativos y estadísticos relativamente sencillos que previamente habían usado los ecólogos, desde 1950 aproximadamente comienzan a ensayarse métodos numéricos más complejos que permiten el análisis de información multivariante y su clasificacion u ordenación. Las capacidades de cálculo aportadas por unas nuevas máquinas, los ordenadores, contribuyen a este desarrollo. En España Bernáldez es pionero en su interés por este tipo de análisis multivariante y en el empleo de los entonces todavía muy limitados ordenadores. Pronto obtiene resultados que aparecen en trabajos publicados con colegas y discípulos como Pedro Montserrat, Miguel Morey o Francisco García Novo. La interpretación de las agrupaciones vegetales y de su variación espacial y estructural en relación con factores ambientales adquiría en estos trabajos nuevas posibilidades, abriendo líneas de trabajo que luego serían muy fructíferas, especialmente en ecología de pastos, pero también en otros campos.

Pionero en España de este enfoque, Bernáldez firma con Ramon Margalef una histórica colaboración en su artículo conjunto “Grupos de especies asociadas en el fitoplancton del Mar Caribe (NE de Venezuela)”, publicado en 1969 en la revista Investigación Pesquera. Por entonces Margalef, que combinaba en su trayectoria personal la tradición naturalista catalana con la formación autodidacta y el apoyo de autoridades y entidades científicas en Barcelona, había logrado consolidar, por vez primera en España, un estatus académico para la ecología, al obtener en 1967 la nueva Cátedra de Ecología de la Universidad de Barcelona. Margalef venía del estudio de las aguas continentales y marinas, de la limnología y la oceanografía, y había ya demostrado una excepcional creatividad intelectual en cuestiones de profundo calado teórico en ecología.

1968

Reanuda su colaboración docente con la Facultad de Ciencias de la Universidad de Madrid como profesor de Edafología entre 1968 y 1970.

Asiste como Secretario de la delegación española a la histórica Conferencia Intergubernamental de Expertos sobre Conservación y Utilización Racional de los Recursos de la Biosfera, organizada por la Unesco en París. Esta era sólo una de las manifestaciones de una creciente conciencia internacional sobre cuestiones ambientales, fruto de la percepción de que el futuro de la humanidad y el de la biosfera estaban ligados de un modo cada vez más global. De la reunión de París salió el programa Man and Biosphere, en el que luego Bernáldez iba a tomar parte.

Mientras que, desde el término de la guerra Civil, la política científica española había prestado mucha atención a las cuestiones relacionadas con los recursos naturales desde un punto de vista agronómico y, en general, productivo, las dimensiones ambientales de la actividad humana y su relación con el medio natural apenas habían recibido atención entre nosotros. Lejos de ser una moda, como luego ha podido parecer, la ecología y el medio ambiente eran una destacada ausencia en el contexto español. Bernáldez formará parte de la vanguardia intelectual que se esforzará por introducir esta conciencia ambiental no sólo en la esfera científica sino en el conjunto de la sociedad.

1969

Realiza una estancia de un mes en la Welsh Plant Breeding Station de Aberystwyth, en Gales.

Sevilla y Doñana

1970

Obtiene la recién creada Cátedra de Ecología de la Universidad de Sevilla, segunda cátedra de ecología en España después de la de Margalef. Se traslada a Sevilla para crear y dirigir el Departamento de Ecología de esa Universidad. Son años de pujante dinamismo en la vida universitaria sevillana, especialmente en el área biológica, donde Bernáldez coincide, entre otros, con Enrique Cerdá, Manuel Losada o Emilio Fernández Galiano, este último determinante en su incorporación a la Universidad.

En Sevilla se formarán con él numerosos discípulos, como, entre otros, Francisco Díaz Pineda, Franciso García Novo o Luis Ramírez Díaz, que luego han ocupado Cátedras de Ecología en distintas universidades españolas.

1973

Es nombrado miembro del Patronato del Parque Nacional de Doñana, un espacio con el que había trabado una estrecha relación a raíz de su traslado a Sevilla y en el que desarrolla originales investigaciones ecológicas. Al tiempo, se anuda en esos años, a propósito de Doñana y de otras cuestiones, un compromiso con la defensa de la naturaleza que se pondrá de manifiesto en numerosas ocasiones. El apoyo de un científico como él será especialmente valioso para los que tratan de extender una incipiente conciencia ambiental en la sociedad española, enfrentándose a las numerosas amenazas que el acelerado desarrollo económico plantea por toda España.

En estos años Bernáldez amplía y profundiza su labor como ecólogo incorporando aspectos territoriales y paisajísticos que abren líneas relacionadas con el reconocimiento de unidades ambientales y su aplicación a la ordenación del territorio y, por otro lado, con la percepción y las preferencias humanas frente a los paisajes naturales. Primero con Fernando Royo y luego con otros muchos colaboradores y discípulos esta línea de percepción del paisaje dará lugar a numerosas tesis doctorales, además de otros trabajos y proyectos.

Un trabajo de especial alcance fue la investigación multidisciplinar encomendada a un grupo encabezado por Bernáldez con motivo del undécimo congreso de la International Commision on Large Dams, que se celebró en Madrid en 1973 y en el que se presentó el estudio colectivo Terrestrial ecosystems adjacent to large reservoirs. Ecological survey and impact diagnosis.

Otro proyecto que se inicia por entonces, y que devendría un modelo en la aplicación de la investigación científica a la ordenación del territorio, fue el estudio coordinado por Bernáldez y por Ángel Ramos, Catedrático de Proyectos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes de Madrid, para el Plan Especial de Protección del Medio Físico de Madrid, que les encargo COPLACO, la Comisión de Planeamiento y Coordinación de la Subregión de Madrid.

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Universidad Autónoma de Madrid

1975

Se traslada a Madrid como Catedrático de Ecología del nuevo Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid. Era esta una universidad de nueva planta, cuya creación se dispuso en 1968, aunque su campus de Cantoblanco no comenzó a funcionar hasta 1971, y que destacaba por la modernidad y la juventud de sus grupos de investigación.

En este nuevo y atractivo destino Bernáldez dirige un grupo de ecológos que desarrollan las diversas líneas previamente iniciadas, la ecología de la vegetación, la ordenación del territorio con criterios ambientales o la percepción del paisaje, a menudo aplicando a estos problemas las capacidades de análisis de distintos métodos numéricos. Junto a estos intereses, comienza a surgir en su dedicación intelectual una creciente preocupación por la educación ambiental, tema por el que había mostrado interés desde hacía varios años.

La transición política tras la muerte de Franco traerá también un aumento de la conciencia ambiental en la sociedad española. En este marco el grupo de Bernáldez y sus colaboradores tendrá un papel destacado como referente científico en múltiples campañas y gestiones para la conservación de la naturaleza, frente a políticas que todavía eran ambientalmente muy agresivas y en ausencia del tipo de regulaciones, como las relativas al impacto ambiental y otras, que luego se han generalizado.

1977

Asiste a la Conferencia Intergubernamental de Educación Ambiental que se celebra en Tbilisi, en la actual república de Georgia, entonces parte de la Unión Soviética. Esta reunión será referencia fundamental para el desarrollo de la educación ambiental en el mundo.

1978

Se incorpora como Vocal al Comité Español del Programa MaB. Era este un proyecto de la Unesco, que había tomado sus siglas de la expresión Man and Biosphere, hombre y biosfera, tratando de difundir internacionalmente un nuevo paradigma de convivencia armónica entre el desarrollo humano y la conservación del medio natural.

1981

Publica uno de sus libros fundamentales, Ecología y paisaje, una apretada síntesis de su poliédrica visión ecológica del paisaje en la que se apuntan líneas de pensamiento que serán desarrolladas en un libro posterior e igualmente estimulante, Invitación a la ecología humana. La adaptación afectiva al entorno, publicado en 1985.

1983

Tras las elecciones de octubre de 1982 y la llegada del Partido Socialista Obrero Español al Gobierno la política ambiental, todavía una parcela comparativamente muy pequeña de la acción gubernamental, parece activarse. En ese contexto, Bernáldez acepta en 1983 la oferta para incorporarse como Subdirector General de Formación a la Dirección General de Medio Ambiente, dependiente del entonces Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

Aunque su permanencia en el cargo fue breve, pues renunció al cabo de unos meses, mantuvo su implicación en la política ambiental como Secretario del Comité de Participación Pública de la Comisión Interministerial de Medio Ambiente desde 1983 a 1986.

1986

Se publica su libro Gramíneas pratenses de Madrid, concebido al modo de guía ilustrada, que revela en su autor una genuina condición de naturalista. Expertos conocimientos botánicos, observación directa de la naturaleza y habilidad como dibujante son sus ingredientes.

1987

En enero de 1987 se organizó en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales un influyente Seminario sobre Bases Científicas para la Protección de los Humedales en España encabezado Ramón Llamas y el propio Bernáldez. El ambiente en que tuvo lugar y las nuevas ideas aportadas para el diseño de políticas de conservación adecuadas a los amenazados humedales ibéricos no pueden entenderse sin examinar la obra científica de Bernáldez en los últimos años de su carrera.

En estos años aparece, en efecto, un tema muy relacionado con previas líneas de investigación pero que adquiere personalidad propia. Son humedales y otros ecosistemas ligados a las aguas subterráneas, las cuales adquieren una relevancia especial, hasta entonces no advertida, para la interpretación ecológica de estas áreas. Diversos estudios en las cuencas del Duero y el Tajo, en colaboración con otros investigadores, permiten establecer un diálogo científico, hasta entonces inédito en España, entre ecología terrestre, ecología acuática e hidrogeología.

Un último fruto de este interés será su libro Terminología popular de los humedales, publicado en 1992, en el que se cruzan experiencia de campo, ideas ecológicas e interés por la cultura popular en sus relaciones con la naturaleza.

1988

Recibe el Premio Nacional de Medio Ambiente, que otorga el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo.

1989

Con su intervención directa, se llega a un acuerdo entre la Comunidad de Madrid y el Departamento Interuniversitario de Ecología, en el que se habían integrado los respectivos departamentos de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad Complutense de Madrid, para la creación de un Centro de Investigación de Espacios Naturales Protegidos de la Comunidad de Madrid, que había de ubicarse en Soto del Real.

El Centro inició sus trabajos en 1990 y fue inaugurado formalmente en 1991. Posteriormente recibió el nombre de Centro de Investigación de Espacios Naturales Protegidos “Fernando González Bernáldez”.

1992

El Premio Nacional de Medio Ambiente es otorgado en 1992 al conjunto de las organizaciones ecologistas españolas, entre las que se toma la decisión de que sea Bernáldez su representante común para recogerlo en el acto que se celebra en el día mundial del medio ambiente, 5 de junio.

Este gesto se convirtió en un último homenaje al científico, ya que la enfermedad cancerosa que padeció durante los últimos años de su vida se había agravado críticamente, forzando su ingreso en un hospital madrileño, donde Fernando González Bernáldez murió el 16 de junio de 1992.

Reconocimiento y actualidad de su figura

Fernando González Bernáldez fue reconocido con el primer  Premio Nacional de Medio Ambiente entregado en 1988 por su trayectoria en defensa de los valores ambientales. En 1992 este mismo premio fue otorgado a los grupos ecologistas españoles que decidieron conjuntamente que fuese el profesor Bernáldez el encargado de recogerlo. Al estar ya hospitalizado, lo recogió su esposa, Catherine Levassor.

Tras su muerte la Universidad Autónoma de Madrid ha dedicado uno de sus centros a la memoria del profesor Bernáldez. Se trata de la Biblioteca de Ciencias «Fernando González Bernáldez», situada en el campus de Cantoblanco de la UAM. En la entrada del centro, un panel informativo explica a los usuarios el sentido de esta denominación, resumiendo brevemente «El legado de González Bernáldez».  En la primera planta del edificio se encuentra el Centro de documentación de espacios naturales, iniciativa conjunta de la UAM y la Fundación Fernando González Bernáldez. En 2009 la biblioteca acogió una exposición homenaje cuyo formato virtual puede ser visitado en el siguiente enlace: Exposición homenaje a Fernando González Bernáldez.

En el campus de Cantoblanco también se le ha dado el nombre a una glorieta, poblada de jaras y otras plantas mediterráneas propias de los paisajes que tanto amó que se ha incluido dentro de las rutas que la Universidad ha creado como celebración de su 50 aniversario (Rutas UAM 50 aniversario, Fichas de personalidades de la UAM).

La figura y obra de Fernando González Bernáldez sigue generando interés en la actualidad. Sus libros y trabajos siguen siendo consultados y citados y su  papel como impulsor de la Ecología terrestre en España es reconocido. Radio Nacional de España le dedicó un programa en 2010:  Escribano Palustre: Fernando González Bernáldez.